jueves, 31 de enero de 2008

INTRODUCCIÓN



Esparta y Atenas, las dos polis más importantes de Grecia, se enfrentaron en una lucha que mantuvo durante años a todo el territorio heleno en jaque. Una lucha fraticida que fue la causante del desplome de un imperio extraordinariamente rico en pensamiento, política, arte y ciencia.

La historia griega se caracterizó, desde el principio, por el carácter particularista de sus ciudades, capaces de convivir a través de pactos y convenciones, plasmadas en instituciones panhelénicas, pero enfrentadas de manera constante en luchas por los territorios limítrofes o por el control de poblaciones más lejanas y de los accesos a minerales o a territorios productores de bienes atractivos, por necesidad o por la búsqueda del prestigio de las clases dominantes. La unidad nunca ha sido real. Todo lo más, circunstancialmente se ha definido un enemigo común capaz de aglutinar las fuerzas de más o menos ciudades, como en el caso de los persas, ante los que la unidad fue más una imagen creada que un hecho real.

Confederaciones y ligas representan unidades enfrentadas a otra parte del mundo griego, integradas, por lo demás, de manera hegemónica. La Liga del Peloponeso se aglutina en torno a Esparta como la de Delos lo hace en torno a Atenas, aunque la naturaleza de sus relaciones internas sea diferente. De hecho, la polis, a partir de un momento específico de su desarrollo, cuando ha accedido a los mercados de intercambio de productos y de mano de obra servil, sólo subsiste en constante crecimiento, lo que la lleva a supeditar a otras y a enfrentarse con los vecinos. Ahí se halla la contradicción de la polis, en que sólo subsiste cuando, de algún modo, deja de serlo. La ciudad ideal platónica, no imperialista, sólo existe en el mundo de la utopía.

El siglo que transcurre entre el inicio de la guerra del Peloponeso y la intervención macedónica en Grecia es por ello el siglo de las luchas por la hegemonía, lo que, al ser consecuencia de la evolución de la polis, informa también la historia interna de la misma en una faceta determinada, la que suele conocerse como crisis de la polis. Luchas por la hegemonía y crisis de la polis son, por tanto, dos caras de una misma moneda, de una sola historia.

A través de este trabajo, queremos acercarnos a una de las guerras más importantes de este momento de la historia así como comentar las batallas más relevantes.

GUERRA DEL PELOPONESO




ASPECTOS GENERALES

FECHA
431-404 a.C.

LUGAR
Grecia continental, Asia Menor, Sicilia

RESULTADO
Victoria espartana

CAMBIOS TERRITORIALES
Disolución de la Liga de Delos

BELIGERANTES
Liga de Delos comandada por Atenas
Liga del Peloponeso comandada por Esparta

COMANDANTES
Atenas: Pericles, Cleón, Nicias, Alcibiades
Esparta: Arquidemo II, Brásidas, Lisandro, Alcibiades


Tebas, aliada de Esparta, atacó Platea, aliada de Atenas. El conflicto real es entre Atenas, que con su flota dominaba el mar, y Esparta, que dominaba con su falange el campo de batalla en tierra, por el dominio total sobre la península griega y sus colonias.Una peste debilitó a Atenas, muriendo el propio Pericles y parte importante de la población en el 429 a.C, lo que aprovecharon los espartanos para arrasar las tierras del Ática, aunque no pudieron tomar Atenas.

En el 424 a.C. el espartano Brásidas toma la ciudad de Anfípolis, que dominaba en Tracia, al norte de la península, la ruta terrestre desde Grecia hasta las colonias en la costa de la actual Turquía. Atenas envía un ejército bajo el mando de Cleón para liberar Anfípolis y es derrotado ante la ciudad, muriendo Cleón y Brásidas. Atenas se ve obligada así a firmar una paz en el 421 a.C. que, teóricamente, preveía la restitución de los territorios conquistados por ambos bandos, pero en la práctica los aliados de Esparta se negaron a la restitución.

Atenas intentó atraerse a las colonias griegas en el Mediterráneo occidental y envió en el 415 a.C. una flota y un ejército a Sicilia para obligar a Siracusa, aliada de Esparta, a frenar sus aspiraciones sobre Segesta, aliada de Atenas.La flota y el ejército fueron destruidos totalmente en el 413 a.C. y Esparta volvió a atacar el Ática, ocupando Decelia.

Comenzaron las defecciones en la liga ateniense y las colonias del Egeo se emanciparon de Atenas. Persia vio bien la pérdida del poder de Atenas, que había ocupado varias ciudades persas en Anatolia años antes y empezó a ayudar con dinero a la Liga del Peloponeso para contratar mercenarios y comprar suministros. Atenas vio perdido el abastecimiento de alimentos desde las colonias del Egeo y Egipto. Un grupo de la oligarquía ateniense conocido por los Cuatrocientos, apoyados por Esparta, aprovechó para tomar el poder en el 411 a.C.

Alcibíades, un estratega expulsado de Atenas años antes, durante los incidentes en las colonias del Mediterráneo occidental, se proclamó defensor de la democracia ateniense, se hizo con el control de la flota ateniense en la isla de Samos y derrotó a dos flotas espartanas, reconquistando varias colonias y restableciendo el comercio del Egeo con Atenas, en la que entró triunfalmente, restableciendo la democracia, en el 407 a.C.

Pero Atenas, que estaba agotada por la guerra, volvió a ser derrotada en tierra y su flota totalmente destruida en la batalla de Egospótamos en el 405 a.C. Esparta sitió Atenas y en el 404 a.C. la ciudad capituló.

Esparta impuso en todas las ciudades de la Liga de Delos el gobierno oligárquico y eliminó la democracia. En Atenas se impone el "gobierno de los Treinta Tiranos", pero pronto se hicieron insoportables, ya que confiscaban bienes de los atenienses más ricos y mataban a todo hombre culto que surgiera. En Tebas, un grupo de atenienses refugiados fueron a liberar su ciudad de los treinta tiranos, liderados por Trasíbulo y expulsaron a los tiranos, restableciendo el antiguo gobierno demócrata.

CAUSAS DE LA GUERRA

Existen diversas causas por las cuales se dio esta guerra y Tucídides es uno de los primeros en tratarlas.

1. Dualismo entre Esparta y Atenas.
Entre las causas de la guerra del Peloponeso figura indudablemente el dualismo entre Esparta y Atenas. La manera en que las dos grandes potencias de Grecia ejercieron la hegemonía era diferente. En efecto, mientras Atenas mantuvo a la conferencia de Delos bajo su estricta dependencia, Esparta, en cambio, dejó a los miembros de la Liga del Peloponeso una amplia libertad interna.

2. Democracia.
También los peloponesios consideraban como amenaza el hecho de que la idea democrática, partiendo de Atenas, irradiara una fuerza de propaganda cada vez mayor, a la que incluso los estados peloponesios sólo lograban sustraerse con dificultad.

3. Oposición entre Atenas y Corinto en el mar Adriático y en el mar Egeo.
Es fundamental la oposición irreductible entre Atenas y Corinto, la reina del istmo, cuyos intereses chocaron en dos lugares: en el mar Adriático, y en Potidea, en la Calcídica.Corinto debió ver la expansión del comercio occidental ateniense con preocupación, y hubo de celebrar con alivio el hecho de la colonia de Turios rompiera los lazos que la ligaban a Atenas y se aliara con la colonia espartana de Tarento.La ocasión de la guerra la proporcionaron ciertas dificultades que habían surgido entre Corinto y sus colonias en el Adriático. Hay que saber que desde la época de los tiranos Corinto había creado un extenso imperio colonial.


En la colonia corintia y corcirense de Epidamno se había llegado a disensiones internas, y los demócratas pidieron la ayuda de Corinto, que ocupó Epidamno con una guarnición (435 a.C.). Sin embargo los oligarcas no se dieron por vencidos y consiguieron el apoyo de la isla de Corcira, cuya flota asedió Epidamno. Corinto con cierto número de ciudades aliadas, se enfrentó a los corcirenses por mar, pero el enfrentamiento terminó con la derrota de Corinto frente al promontorio de Leucimna (en Corcira). El mismo día firmó Epidamno una capitulación con Corcira.

Con todo, este éxito de Corcira no lograba disimular el hecho de que, a causa de las fuerzas superiores de Corinto, la situación de la isla seguía siendo muy difícil.Por consiguiente, los corcirenses establecieron relaciones con Atenas, llegándose a la formación de una llamada epimachia (alianza defensiva). En ésta se comprometía Atenas a una ayuda parcial.

En efecto, si querían respetarse las estipulaciones de la paz de los treinta años, del 446-445 a.C., habría sido imposible para los atenienses concertar con Corcira una verdadera alianza ofensiva y defensiva. Según la concepción griega, en cambio, estaba perfectamente permitido ayudar a un tercero sin tener en cuenta los tratados existentes y sin encontrarse en estado de guerra, por ello, con los firmantes originales de éstos. Los atenienses procedieron, pues, con mucha cautela y evitaron enojar a los peloponesios.

A continuación, Atenas envió a Corcira sólo una pequeña escuadra de diez naves. Es obvio que esta ayuda apenas alteraba la posición de las fuerzas, pero revelaba que Atenas estaba dispuesta a cumplir su tratado con los corcirenses. Junto a las islas Síbota estaban enfrentadas las flotas de los corintios y los corcirenses, los primeros de los cuales tenían superioridad numérica (150 barcos contra 110). Cuando estaban a punto de conseguir la victoria en la batalla naval (batalla de Síbota), intervinieron los atenienses, reforzados entre tanto hasta 30 naves, y arrebataron a los corintios un triunfo que creían tener ya en las manos (433 a.C.).No ha de considerarse casual que en el invierno siguiente (433-432 a.C.), Atenas renovara sus anteriores tratados con Regio y Leontino.

Igual que en el Adriático, también chocaban los intereses atenienses y corintios en el norte del mar Egeo. La ciudad de Potidea, fundación del tirano Periandro de Corinto, era miembro de la confederación de Delos, pero había mantenido siempre las relaciones con su metrópolis, y Corinto seguía mandando a su magistrado supremo, el epidamiurgo.

Atenas comenzó a desconfiar y pidió a Potidea que derribara la muralla de la ciudad del lado del mar y que en adelante no siguiera aceptando los epidamiurgos corintios.

Potidea halló apoyo en el rey de los antiguos macedonios, Pérdicas II y, después que se hubo asegurado el concurso de Esparta, proclamó, juntamente con una serie de comunidades tracias y calcídicas, su retirada de la confederación de Delos (432 a.C.). Los corintios enviaron a Potidea una fuerza auxiliar, mientras los atenienses empezaban a sitiar la ciudad por tierra y mar.

El responsable de la política atenienses era Pericles, y no es casual que justo antes del inicio de la guerra se iniciara una serie de procesos contra sus partidarios, incluida Aspasia. Dejando de lado el hecho de que el inicio en el tiempo de estas acusaciones (procesos contra Anaxágoras y contra Fidias) no consta con seguridad la absolución de Aspasia, a quien se había acusado de impiedad y lenocinio, muestra con todo, que la posición de Pericles se mantenía incólume. Estos hechos no tuvieron, pues, repercusión alguna sobre la política exterior.

La situación es distinta en lo que se refiere la llamado psephisma («decreto») o Decreto Megarense, solicitado por Pericles en 432 adC, que decretó sobre la ciudad de Megara en el istmo de Corinto, un severo bloqueo mercantil y le cerró por completo el acceso a los mercados de Atenas y de sus aliados de la confederación de Delos. Se utilizaron como justificación algunos incidentes fronterizos, cuya importancia fue muy exagerada por Pericles. Detrás de este agresivo procedimiento contra Megara se hallaba el resentimiento de Atenas contra la ciudad vecina, cuyos caminos se habían separado de ella en el 446-445 a.C. y había vuelto a ser, desde entonces, un miembro activo de la Liga del Peloponeso.

Fue Corinto la que ahora empujó a la guerra. A solicitud de los corintios y los megarenses decretó la apella, la asamblea de los ciudadanos espartanos de pleno derecho, que Atenas había violado los tratados de la paz de treinta años. También el congreso de los miembros de la Liga del Peloponeso se decidió por una gran mayoría en favor de la guerra (432 a.C.).

Por lo demás, también Delfos se puso del lado de los peloponesios: no sólo animó a los espartanos a la guerra, sino que incluso les dejó entrever con seguridad la victoria y el concurso del dios Apolo.

Con todo, la guerra sólo estalló en la primavera siguiente (431 a.C.). El tiempo intermedio fue aprovechado por ambos lados, pero especialmente por los espartanos, para efectuar negociaciones: éstas tenían por objeto demostrar la culpabilidad del adversario. Por lo demás dichas negociaciones constituyen un ejemplo categórico del hecho de que ya entonces se tenía en cuenta en Grecia la opinión pública internacional. En la que dio como resultado, que los espartanos liberaran a las otras poli, del aprovechamiento de Atenas sobre ellos por tener el poder del Tratado de Delos.

PRELIMINARES DE LA GUERRA

La primera exigencia de Esparta consistió en pedir la expulsión de los descendientes de los individuos que habían participado en el asesinato sacrílego de Cilón. Con esto se apuntaba en primer lugar a Pericles, pues descendía por línea materna de los Alcmeónidas, quienes en su día habían atraído sobre sí, por violación del derecho de asilo, la maldición. Atenas presentó contrademandas: pidió a los espartanos que eliminaran la maldición que pesaba sobre ellos por la matanza de hilotas que había tenido lugar en el santuario de Poseidón de Tenaro y a causa de la muerte de Pausanias en el templo de Atenea Calcieco.

A estas peticiones de carácter religioso no tardaron en seguir las de carácter político. Así, por ejemplo, pidieron los lacedemonios que Atenas suspendiera el ataque contra Potidea, devolviera la libertad a Egina, anulara el decreto contra Megara y garantizara la autonomía de los griegos.

A continuación, según Tucídides (II, 40) declaró a los lacedemonios como agresores y violadores de la paz, pues vulneraban las estipulaciones del tratado del 446-445 a.C., según las cuales, en caso de divergencia, había que recurrir al arbitraje.

Pericles no quiso la guerra, pero tampoco se arredró ante ella cuando se vio claramente que la paz sólo podía mantenerse al precio de la humillación de Atenas. El culpable fue Corinto que arrastró consigo a los lacedemonios, que se resistían, y encendió así la antorcha de una guerra que había de iniciar la decadencia político-militar del helenismo.

Lo que estaba en juego en esta guerra era:

- Para Atenas el predominio en el Egeo, la hegemonía sobre la confederación de Delos y una continuada expansión de su economía y su comercio.

- Esparta y los peloponesios afirmaban, por su parte, que desenvainaban la espada por la libertad de los mares y por la autonomía de las polis griegas, que se habrían visto restringidas por los abusos de Atenas.


DESARROLLO DE LA GUERRA DEL PELOPONESO

A continuación mencionaremos el desarrollo de los acontecimientos que ocurrieron durante la guerra del Peloponeso:

431 a.C. - Invasión del Ática por los espartanos

430 a.C. - Peste en Atenas

429 a.C. - Ataques a Platea y Salamina por los espartanos- Batalla de Naupacto (victoria ateniense).

425 a.C. - Batalla de Pilos (victoria ateniense)- Batalla de Esfacteria (victoria ateniense)- Ataque de Corinto por los atenienses

424 a.C. - Batalla de Delio (entre atenienses y beocios, con victoria para los beocios)-Toma de Anfípolis por Esparta

422 a.C. -Batalla de Anfípolis (victoria espartana)

421 a.C. -Paz de Nicias

417 a.C. -Ruptura de la paz de Nicias

416 a.C. -Expedición de los atenienses contra Melos

415 a.C. -Invasión de Sicilia por Atenas-Primera batalla de Siracusa (victoria parcial ateniense)

413 a.C. -Segunda batalla de Siracusa (derrota ateniense)

412 a.C. -Alianza entre Persia y Esparta

411 a.C. -Luchas políticas internas en Atenas: gobierno de los Cuatrocientos

410 a.C. -Batalla de Abidos (victoria ateniense)-Batalla de Cícico (victoria ateniense)

406 a.C. -Batalla de Notio (victoria espartana)

405 a.C. -Batalla de Egospótamos (victoria espartana)

404 a.C. -Rendición de Atenas

BATALLAS DE LA GUERRA DEL PELOPONESO

A continuación vamos a comentar las batallas y acontecimientos más importantes de esta guerra. De esta forma, veremos:

- Batalla de Naupacto, 429 a.C.

- Batalla de Pilos, 425 a.C.

- Batalla de Esfacteria, 425 a.C.

- Batalla de Delio, 424 a.C.

- Batalla de Anfipolis, 422 a.C.

- Paz de Nicias 421a.C.

- Batalla de Abidos, 410 a.C.

- Batalla de Cícico, 410 a.C.

- Batalla de Notio, 406, a.C.

- Batalla de Egospótamos, 405 a.C.

BATALLA DE NEUPACTO (429 a.C.)

El general de la batalla fue Formión y con 20 trirremes, tomó Naupacto donde estableció su base con lo que logro bloquear las navegaciones corintias. Al mismo tiempo en Esparta se preparaba una gran flota para destruir a los aliados atenienses además de capturar las isla de Zante, Cefalonia y Naupacto.

Formión y su pequeña fuerza triunfaron sobre una gran flota peloponesia de 77 barcos. Se dirigió a las estrechas aguas del golfo de Corinto para proteger a Naupacto, pero 11 barcos atenienses que eran perseguidos fueron capaces de dar la vuelta y derrotar a la superior fuerza que se les oponía. Esta victoria preservó la supremacía naval ateniense en el golfo y terminó con los intentos desafiantes de los peloponesios durante este periodo de la guerra

BATALLA DE PILOS

Fecha
425 a.C.

Lugar
Pilos (Grecia)

Resultado
Victoria ateniense

Beligerantes y comandantes
Atenas (Demóstenes)
Esparta (Trasimélidas yBrásidas)

Fuerzas de combate
Atenas: 50 barcos y varios centenares de soldados
Esparta: 60 naves y tropas desconocidas

Bajas
Atenas: desconocidas
Esparta: desconocidas


CONTEXTO

En la primavera de 425 a.C., Esparta ayudó a Mesina a rebelarse contra Atenas. En la misma época, los espartanos invadieron el Ática dirigidos por el rey Agis. Los atenienses enviaron 40 naves a Sicilia bajo el mando de Eurimedonte y Sófocles, con la orden de restablecer la democracia en Corcira (Corfú). Esparta había invadido la ciudad con 60 barcos. Demóstenes que la había ganado poco tiempo antes la batalla de Olpae, pudo embarcar a bordo de una de los naves. Una tempestad obligó la flota a refugiarse en Pilos, un excelente puerto natural de la costa del Peloponeso a unos 70 Km. de Esparta, lo que retrasó el viaje a Corfú. Esto favoreció a Demóstenes que quería reforzar las fortificaciones de Pilos, poner el pie en el Peloponeso y alentar una rebelión de los hilotas. Las fortificaciones fueron acabadas en seis días y Demóstenes se quedó en la isla con cinco barcos mientras que la flota continuó su misión hacia Corcira y Sicilia.

Cuando Esparta supo que Atenas había tomado Pilos, retiró su ejército del Ática. Los espartanos marcharon sobre Pilos y llamaron a su flota de sesenta barcos para que se dirigiera hacia Pilos. Demóstenes anticipó las acciones espartanas y envió dos de sus barcos a llamar a la flota ateniense. El puerto de Pilos estaba en una gran bahía cuya entrada estaba casi completamente bloqueada por la isla de Esfacteria: no existía más que un paso estrecho por cada lado de la isla para entrar en la bahía.

DESARROLLO DE LA BATALLA

Cuarenta y tres barcos espartanos, mandados por Trasimélidas y Brásidas, intentaron organizar un desembarco pero las tropas atenienses ocupan sus posiciones, ayudados por la costa rocosa. Brásidas fue herido, y las tropas espartanas, incapaces de desmantelar las fortificaciones de la playa, fueron rechazados por las tropas atenienses. Los espartanos atacaron el fuerte tres días más tarde, y comenzaron a recoger madera para construir ingenios de asedio después de haber fracasado en tomar los muros.

El tercer día, el resto de la flota ateniense volvió. Habiendo sido reforzada por diez barcos, contaba con 50 naves. Los espartanos no habían bloqueado las entradas de la rada y se preparaban para enfrentarse a la flota ateniense. Pensaban que la estrechez de la bahía compensaría las mayores cualidades marinas de los atenienses. La flota ateniense entabló el combate y destruyó las naves espartanas. Los hoplitas de Esfacteria estaban aún totalmente aislados. Las naves atenienses establecieron una vigilancia cercana a Esfacteria para impedir huir a los espartanos.

CONSECUENCIAS

Los espartanos, incapaces de organizar una expedición de socorro para sus tropas, pidieron un armisticio y enviaron embajadores a Atenas a fin de negociar el regreso de la guarnición de la isla. Los atenienses permanecieron 72 días en Pilos, periodo durante el cual los embajadores fracasaron en conseguir la paz. Los atenienses invadieron finalmente Esfacteria y capturaron la guarnición.

BATALLA DE ESFACTERIA

Es una etapa importante de la historia militar, dado que una tropa de infantería ligera venció a una falange de hoplitas.


Fecha
425 a.C.

Lugar
Isla de Esfacteria en el mar Jónico

Resultado
Victoria ateniense

Beligerantes y comandantes
Atenas (Demóstenes yCleón)
Esparta (Epitadas † y Estfifón)

Fuerzas de combate
Atenas: 800 hoplitas atenienses, 200 hoplitas mesenios, 800 arqueros, 800 peltastas, de 5.000 a 7.000 remeros de la flota y 70 trirremes
Esparta: 420 hoplitas espartanos y 560 hilotas

Bajas
Atenas: menos de 50
Esparta: 128 muertos y 292 prisioneros

LOS DESEMBARCOS

La flota ateniense iba hacia la asediada Corcira pero debió refugiarse en el golfo de Pilos tras una tempestad. El estratega Demóstenes mantuvo con él cinco trirremes atenienses, más dos que llegaron de su aliado Naupacto. Ante la amenaza sobre el territorio mesenio, Esparta atacó Pilos sin éxito; después ocupó el islote de Esfacteria.

Durante ese tiempo, la flota ateniense logró liberar Corcira de la influencia espartana, y regresó para ayudar a Demóstenes. 420 hoplitas lacedemonios, alrededor de cuya mitad eran ciudadanos espartanos, se encontraron cercados en el islote.

EL ASEDIO

Las negociaciones entre Esparta y Atenas empezaron. Para obtener el derecho de aprovisionar a la tropa de Esfacteria, Esparta debía entregar 60 trirremes. El demagogo Cleón hizo encallar las negociaciones reclamando además los puertos de Megara y Trecén, así como Acaya. Los espartanos no aceptaron las condiciones de Atenas y llegaron a abastecer a Esfacteria con la ayuda de nadadores.

Cleón, desafiado por sus conciudadanos a lograr la victoria, se unió a Demóstenes. Llevando con él un contingente de peltastas y de arqueros, Cleón se jactó de lograr la victoria en veinte días.

LA BATALLA

Los atenienses desembarcaron antes del alba, empujaron los puestos avanzados espartanos y progresaron en la isla. El grueso de las fuerzas espartanas avanzó hacia los atenienses.

Los hoplitas espartanos no podían entablar batalla contra los hoplitas atenienses por temor a que los peltastas enemigos atacaran sus flancos y sus retaguardias. Los peltastes que no cargaban ni armadura ni pesados escudos esquivaban fácilmente la carga de los hoplitas espartanos. Éstos eran hostigados sin descanso, bajo una lluvia de proyectiles de honda, de flechas y de jabalinas, todos estos proyectiles lanzados desde menos de 50 metros. Su comandante, Epitadas, fue muerto; su segundo, Estifón, fue herido.

Los espartanos se retiraron a su puesto avanzado, en un fuerte en ruinas. Un comandante mesenio condujo a sus tropas a lo largo de la arista de un acantilado y desembocó en la retaguardia de los espartanos. Cercados, agotados, los espartanos capitularon. 292 hoplitas fueron hechos prisioneros de los cuales 120 eran ciudadanos. Los atenienses perdieron alrededor de 50 hombres.

Los acontecimientos de Esfacteria provocaron una gran conmoción en Grecia: por primera vez, los espartanos preferían entregarse antes que morir. Una grave crisis sacudió la ciudad, desmoralizada, y condujo a la matanza de 20.000 hilotas. La presencia de un puesto ateniense en Pilos ponía en peligro el conjunto del territorio mesenio, inmovilizando así una guarnición lacedemonia en la región.

Por fin, Atenas amenazó con matar a los prisioneros de Esfacteria si los espartanos no suspendían sus invasiones anuales del Ática.
Los ciudadanos espartanos que habían capitulado fueron desterrados de Esparta y fueron expoliados todos sus bienes.

La batalla demostró de manera brillante el valor de las tropas ligeras, pues los espartanos fueron vencidos sin que las tropas de hoplitas entraran en combate.
El tiempo en que los lacedemonios estuvieron asediados en la isla, desde la batalla de Pilos hasta la librada en Esfacteria, fue de 72 días en total. La expedición había partido a comienzos de mayo y los combates en Pilos se había iniciado hacia el 25-30 de mayo. La victoria final en Esfacteria tuvo lugar hacia el 10 de agosto del 425 a.C.

BATALLA DE DELIO


Fecha
finales del 424 a.C.

Lugar
Delio, Beocia, Grecia Antigua

Resultado
victoria beocia

Beligerantes y comandantes
Atenas (Hipócrates †)
Beocios (Pagondas)

Fuerzas de combate
Atenas: 7.000 hoplitasunos 1.000 jinetestropas ligeras: muy reducidas
Beocia: 7.000 hoplitas1.000 jinetes10.000 combatientes ligeros500 peltastas

Bajas
Atenas: 1.000 hoplitas
Esparta: 500 hoplitas


La Batalla de Delio o Delium tuvo lugar a principio del invierno del 424 a.C. en las proximidades de la pequeña ciudad beocia de Delio, situada no lejos de la frontera con el Ática y en la que se halla un santuario dedicado a Apolo.Consecuencia de la invasión ateniense mal coordinada para intentar establecer una cabeza de puente en Beocia para instaurar la democracia y a la que se suma una traición, se saldará con una derrota frente a los tebanos y además indirectamente por la pérdida de sus aliados del norte de Grecia que llevará a la Paz de Nicias en la primavera del 421 a.C.

CAMPAÑA PRECEDENTE A LA INVASIÓN: INVASIÓN DE BEOCIA

Durante el verano del 424 a.C. los atenienses proyectan una operación de envergadura en Beocia, aliada de Esparta, para instaurar el núcleo de la democracia.Este proyecto comporta varios puntos:

-Invasión por tierra para tomar Delio y hacer de él un puesto avanzado fortificado.


-Invasión por mar para ocupar Sifes, ciudad de la costa norte del golfo de Corinto en el país de Tespias.


-Levantamiento de Sifas y Queronea contra la autoridad del lugar gracias a los partidarios infiltrados.


-Elemento importante para dividir las fuerzas tebanas y garantizar el éxito, es que las tres operaciones deben tener lugar al mismo tiempo.



El mando de la operación marítima es confiado a Demóstenes, mientras que Hipócrates dirige la fase terrestre.



CAMPAÑA NAVAL



Durante el verano del 424 a.C., de regreso de Megáride, Demóstenes iza velas con 40 navíos hacia Naupacto, base naval ateniense que controla la entrada del golfo de Corinto, para reclutar fuerzas, luego hacia el país de los agreos cerca del golfo de Ambracia, (oeste de Grecia) para hacerse aliados y reunir también allí refuerzos. Esto hace que el convoy ponga rumbo a Sifas pero, por un incomprensible error de fechas, se presenta delante de la plaza con antelación, no habiendo Hipócrates alcanzado aún Delio.


Además, el proyecto es denunciado por un focidio, Nicómaco, lo que permite a los beocios ocupar Sifes y Queronea para el envío de tropas antes del comienzo de las operaciones atenienses. Demóstenes no consigue ningún resultado de sus objetivos.



CAMPAÑA TERRESTRE



Hipócrates se apresura en Atenas a reunir sus tropas y toma una medida excepcional integrando en una leva general además de ciudadanos, a metecos y los extranjeros presentes en la ciudad.

Cuando a principios de noviembre del 424 a.C., Hipócrates alcanza Delio y se instala allí, las fuerzas beocias habían dejado ya Sifas y habían marchado sobre él.


Durando cinco días utiliza el ejército para fortificar Delio haciendo cavar un foso alrededor del santuario y del templo y elevar una muralla hecha de un terraplén de tierra mezclada con piedras, ladrillos y ramas y coronado de estacas. Mientras la operación se concluía, Hipócrates vuelve a enviar el ejército hacia el Ática, los hoplitas se detienen a diez estadios de Delio para esperarle, la mayoría de las tropas ligeras prosiguiendo hacia Atenas y él mismo que se retrasa hasta el santuario para rematar las fortificaciones y organizar la guardia.


Es durante estos días que las fuerzas tebanas procedentes de Sifas llegan a Tanagra y se reúnen allí con todas las fuerzas venidas de Beocia. Enterado de que las tropas atenienses se preparan a volver al Ática. Pagondas, beotarca tebano al mando, exhorta a cada contingente y a su jefe quienes son de la opinión de dejar partir a los atenienses, (están en la frontera y a punto de dejar el territorio beocio).



DESARROLLO DE LA BATALLA



Habiendo convencido a los otros beotarcas, Pagondas pone inmediatamente en marcha el ejército hasta una posición cerca de las tropas atenienses, desplegadas en línea de combate y ocultadas por una colina. La falange de 7000 hoplitas beocios se compone en el ala derecha de tebanos y pueblos asociados; el centro es ocupado por las tropas provenientes de Haliarto, Coronea, Côpes y de ciudades vecinas; en el ala izquierda se sitúan los combatientes de Tespias, Tanagra y Orcómeno.


Los tebanos están organizados en 25 filas, profundidad inhabitual y que será la marca de su falange. 1000 caballeros, 10000 guerreros de infantería ligera y 500 peltastas prolongando las alas. Se piensa que estos contingentes, muy importantes, representan alrededor de los 2/3 de las fuerzas de Beocia.


Hipócrates, estudiando la aproximación tebana, manda a sus hoplitas tomar sus posiciones de combate y los reúne poco después, dejando sobre el lugar 300 jinetes para guardar el fuerte y eventualmente intervenir en el combate. Esta fuerza no podrá ser utilizada, pues los tebanos sitúan en las proximidades del santuario tropas que la bloquean en el fuerte. Hipócrates intenta arengar a su ejército de 7.000 hoplitas alineados en ocho filas y cerca de 1 000 jinetes quienes flanquean las alas (las tropas ligeras, para la circunstancia mencionada más arriba, son escasas), pero no tiene tiempo más que de recorrer la mitad del frente cuando aparecen los beocios en lo alto de la colina.


Los adversarios avanzan, pero la presencia de torrentes (la acción se desarrolla al principio del invierno), sobre los costados bloquea las alas de cada ejército y solos, los centros entran en contacto. Toda la mitad izquierda del frente beocio es hundido y algunos contingentes, en particular los de Tespias, pues sus vecinos han retrocedido, se encuentran cercados y masacrados por los atenienses. En cuanto al ala derecha, gracias al empuje de las 25 filas tebanas, doblega al enemigo. Pagondas, viendo su ala izquierda en dificultad, hace pasar al abrigo de las miradas dos escuadrones de caballería detrás de la colina para apoyar este lado. Su aparición repentina sobre la línea de cresta desconcierta al ala victoriosa ateniense que se asusta, que piensa que otro ejército marcha sobre ellos, retrocede, después huye, imitada por el resto del ejército, hacia Delio, Oropos o el Parnés. La caballería beocia, apoyada por la de Lócrida que acababa de llegar al teatro de operaciones, se lanza en persecución de los fugitivos y los masacra, pero la caída de la noche permite a la mayoría de éstos escapar. Hipócrates encuentra la muerte en los combates al junto a unos 1.000 hoplitas suyos. Los beocios dejan cerca de 500 hoplitas sobre el terreno. Las muertes de los otros cuerpos de tropa no están registradas.



DIAS POSTERIORES A LA BATALLA



El día siguiente de la batalla, habiendo encontrado refugio las tropas atenienses en Delio u Oropos embarcan y vuelven por mar al Ática, dejando una guardia en estos puestos. Los beocios levantan un trofeo, se llevan a sus muertos y dejan una guarnición en el lugar de la batalla antes de volver a Tanagra.Se envía un heraldo a los atenienses para resolver la cuestión de sus muertos: han violado el santuario, lugar sagrado, fortificándolo y utilizando su agua reservada a las abluciones rituales para un uso corriente, por lo tanto, deben dejar los lugares. Esta es la condición para recuperar a sus muertos.Los atenienses argumentan que:


-referente al santuario, no tienen reproches que hacer: puesto que ocupan los lugares, es pues su territorio el que está en cuestión.


-Para el agua, estas son las circunstancias (y de los tebanos), que les han dictado este uso.


-Reclaman sus muertos por medio de una tregua, como es costumbre en Grecia, y no bajo la condición de una retirada del santuario.


La respuesta beocia está en la misma línea de juegos dialécticos y las negociaciones quedan sin resultado.
Ante estos hechos, las tropas beocias, habiendo recibido refuerzos de 2000 hoplitas corintios, de arqueros y honderos venidos del golfo Maliaco, así como de una guarnición peloponesia procedente de Nisea, se deciden a atacar el campo ateniense del santuario. Después de varios asaltos infructuosos, los beocios construyen una máquina destinada a proyectar llamas y restos incandescentes hacia las murallas, que en parte están hechas de madera.


El fuerte es tomado 16 días después de la batalla; algunos defensores son muertos y 200 son hechos prisioneros, pero el grueso de las tropas llega a embarcar y a escaparse.Habiendo retomado el lugar, los beocios devuelven sus muertos a los atenienses sin otra condición.Poco después, Demóstenes intenta un desembarco en Sición pero es rechazado y perseguido por mar donde sufre algunas pérdidas.



BALANCE DE LA BATALLA



Este proyecto ateniense apuntaba, incluso aunque todos los objetivos no debieron ser alcanzados, a poner en Beocia el germen que llevaría a esta región hacia un régimen democrático, y se saldó con un fracaso completo del que pueden ponerse en evidencia algunos puntos:


-Indiscreción, que conduce a una traición que impide el levantamiento de las ciudades por la presencia de tropas en los muros.


-Mala coordinación en el tiempo debido a un error inexplicado que arruina finalmente las posibilidades de éxito de la campaña terrestre, permitiendo a los beocios mantener el ejército en un solo grupo que se ocupa sucesivamente de Demóstenes y de los rebeldes de Hipócrates.


-Puesta en evidencia de lagunas en el entrenamiento colectivo y la disciplina de las tropas atenienses que se ven desconcertadas, aunque victoriosas, por la aparición de la caballería beocia en su retaguardia.


-Puesta en evidencia de la debilidad de la falange incapaz de maniobrar en orden y rápidamente con arreglo a las circunstancias y que no puede hacer frente a un ataque en su retaguardia.


Además, los atenienses, en su proyecto en Beocia, no prestan atención a los movimientos de Brásidas y de su ejército que atraviesa al mismo momento Tesalia en dirección a Tracia para conseguir la defección de las ciudades del norte de Grecia, aliadas de Atenas, campaña durante la cual acumula varios éxitos que dan un gran golpe a los intereses de Atenas en esta región, y que permite ver el amplio alcance de esta campaña trágica en Beocia.

BATALLA DE ANFÍPOLIS


Fecha
424 a.C

Lugar
Anfípolis

Resultado
Victoria atespartana

Beligerantes y comandantes
Atenas (Cleón †NiciasTucídides)
Esparta (Brásidas † y Clearidas)

Fuerzas de combate
Atenas: 2000
Esparta: 2500

Bajas
Atenas: sobre 600
Esparta: 7


La batalla de Anfípolis fue la culminación de los acontecimientos que comenzaron en 424 a.C. con la captura de Anfípolis por los espartanos.

CAPTURA DE ANFÍPOLIS, 424 a.C./3 a.C.

En el invierno de 424/3, hacia la misma época que la batalla de Delio, el general espartano Brásidas tomó Anfípolis, una colonia ateniense de Tracia junto al río Estrimón. La ciudad fue defendida por el general ateniense Eucles, quien pidió ayuda a Tucídides, que estaba estacionado en Tasos con siete naves atenienses.

Para capturar la ciudad antes de que llegara Tucídides, Brásidas ofreció dejar a todos los que desearan quedarse a guardar su propiedad, y ofreció el paso franco a aquellos que quisieran partir. Anfípolis se rindió, a pesar de las protestas de Eucles.

Tucídides llegó al cercano puerto de Eyón el mismo día que la ciudad se rendía, y la defendió con la ayuda de aquellos que permanecieron en Anfípolis. Mientras tanto, Brásidas comenzó a aliarse con ciudades tracias, con Pérdicas de Macedonia, y atacó otras ciudades de la región, como Torone. Los atenienses temieron que sus otros aliados capitularan rápidamente, como los anfipolitanos, si Brásidas les ofrecía términos favorables de paz.

Tucídides, que relató la captura de Anfípolis en su Historia de la Guerra del Peloponeso, es con frecuencia considerado parcial o enteramente responsable de la caída de Anfípolis. Algunos han visto sus acciones como "grave negligencia", aunque afirmó que fue incapaz de llegar a tiempo para salvar la ciudad. Fue llamado a Atenas donde fue juzgado y exiliado.

ARMISTICIO DEL 423 a.C.

En respuesta a la caída de la ciudad, Atenas y Esparta firmaron un armisticio. Atenas tenía la esperanza de que podría fortificar más ciudades en preparación de futuros ataques de Brásidas, y los espartanos tenían la esperanza de que Atenas al fin devolvería los prisioneros tomados en la batalla de Esfacteria a principios de 424. Según los términos de la tregua, «se propuso que cada bando permanecería en su propio territorio, ocupando las tierras que ahora ocupaban...El armisticio será de un año y comenzará en el día de hoy, el catorce del mes de elafebolión».
Mientras las negociaciones estaban en marcha, Brásidas capturó Escione y se negó a devolverla cuando las noticias del tratado llegaron por lo que el líder ateniense Cleón envió una fuerza para recuperarla.

BATALLA DE ANFÍPOLIS

Cuando el armisticio terminó en 422, Cleón llegó a Tracia con una fuerza de 30 barcos, 1200 hoplitas, y 300 de caballería, con muchas otras tropas de aliados de Atenas. Volvió a capturar Torone y Escione, donde en esta ultima el comandante espartano Pasitélidas fue muerto. Cleón ocupó su posición en Eyón, mientras Brásidas ocupó su posición en Cerdilio. Brásidas tenía unos 2000 hoplitas y unos 300 soldados de caballería, más algunas tropas de Anfípolis, pero no veía que pudiera derrotar a Cleón en una batalla campal. Brásidas entonces regresó a Anfípolis, y Cleón se trasladó hacia la ciudad para la preparación de la batalla. Cuando Brásidas no salió, Cleón supuso que no habrá ataque, y empezó a regresar con sus soldados a Eyón.

En este punto, Brásidas se retiró de Anfípolis y cargó contra las desorganizadas tropas atenienses. En la debacle que siguió, Brásidas fue herido de muerte, aunque los atenienses no se dieron cuenta de ello. Cleón murió también cuando fue atacado por el comandante espartano Cleáridas.

El ejército ateniense entero huyó a Eyón, aunque aproximadamente 600 de ellos fueron muertos antes de que alcanzaran el puerto. Sólo siete espartanos murieron.

RESULTADOS

Brásidas vivió lo suficiente para enterarse de su victoria, y fue enterrado en Anfípolis. Los anfipolitanos empezó a recordarlo como el fundador de la ciudad. Tras la batalla, ningún ateniense ni espartano quiso continuar la guerra, y la Paz de Nicias fue firmada en 421 a.C.

PAZ DE NICIAS

La Paz de Nicias fue un tratado de paz firmado entre las ciudades-estado griegas de Atenas y Esparta en el 421 a.C., terminando con la primera parte de la guerra del Peloponeso.
En el 425 a.C. los espartanos habían perdido las batallas de Pilos y de Esfacteria, una derrota grave por la que los atenienses retuvieron 120 hoplitas espartanos (manifestado por Tucídides).

Fueron recuperados en 424 a.C., cuando el general espartano Brásidas capturó Anfípolis. El mismo año, los atenienses sufrieron una gran derrota en Beocia en la batalla de Delio, y en 422 a.C. fueron derrotados de nuevo en la batalla de Anfípolis en el intento de retirarse a esa ciudad. Ambos, Brásidas, el principal general espartano y Cleón, el principal político de Atenas murieron en Anfípolis. Ambos bandos estaban agotados y listos para la paz.

Las negociaciones fueron iniciadas por Plistoanacte, rey de Esparta, y el general ateniense Nicias. Ambos decidieron la devolución de todo lo que habían conquistado en la guerra, excepto Nisea, que quedaría en manos atenienses, y Platea, que permanecería bajo el control de Tebas. En particular, Anfípolis sería devuelta a Atenas, y los atenienses deberían liberar a los prisioneros tomados en Esfacteria. Los templos de toda Grecia serían abiertos a los fieles de todas ciudades, y el oráculo de Delfos recuperaría su autonomía.

Atenas podía continuar recaudando el tributo de los estados que lo habían hecho desde la época de Arístides, pero no podía forzarles a que se hicieran aliados. Atenas también aceptó llegar ayudar a Esparta si los hilotas se rebelaban. Todos los aliados de Esparta acordaron firmar la paz, menos los beocios, Corinto, Elis y Megara.

Diecisiete representantes de cada bando juraron mantener el tratado, que se pretendió al menos durante quince años.
Estos representantes fueron, por Esparta: el rey Plistoacnate y Agis II, Plístolas, Damageto, Quiónide, Metágenes, Acanto, Daito, Iscágoras, Filocáridas, Zeúxidas, Antipo, Télide, Alcínadas, Empedias, Menas, y Láfilo.
Los signatarios atenienses fueron: Lampón, Istmiónico, Nicias, Laques, Eutidemo, Procles, Pitodoro, Hagnón, Mírtilo, Trasicles, Teágenes, Aristócrates, Yolcio, Timócrates, León, Lámaco, y Demóstenes.

El tratado de paz entró en vigor bajo el eforato de Plístolas, el cuarto día antes del fin del mes de Artemisio y en Atenas bajo el arcontado de Alceo, el sexto día antes del mes de elafebolión.

Este tratado se concluyó al acabar el invierno, con la primavera en sus comienzos, inmediatamente después de las Dionisias urbanas. Sin embargo, ningún bando estaba satisfecho, y el tratado fue roto y declarado inservible.

BATALLA DE ABIDOS

Fecha
410 a.C.

Lugar
Cercanías de Abidos en el Helesponto

Resultado
Victoria ateniense

Beligerantes y comandantes
Atenas (Trasíbulo y Trasilo)
EspartA y alidos (Míndaro)

Fuerzas de combate
Atenas: 97 barcos
Esparta: 74 barcos

Bajas
Atenas: mínimas
Esparta y aliados: 30 barcos


En la batalla, la flota espartana comandada por Míndaro intentó rescatar una escuadra naval que había desembarcado en Dardano, pero fue atacada por la flota ateniense, bajo las órdenes de Trasíbulo. La lucha fue disputada de forma equitativa durante largas horas, pero hacia el anochecer la llegada de Alcibíades con refuerzos atenienses inclinó la balanza en favor de los atenienses, y los peloponesios fueron forzados a abandonar su base en Abidos, sufriendo grandes pérdidas en el camino.

PRELUDIO DE LA BATALLA

Tras su victoria en Cinosema, la flota ateniense estableció una base en Sestos, desde donde podría responder rápidamente a cualquier movimiento de la flota espartana en Abidos. Míndaro, convocó al comandante siracusano Dorieo, con sus 14 barcos, para reunirse con él en Abidos, esperando finalizar la guerra con una victoria decisiva. Dorieo, en consecuencia, navegó del norte de Rodas hacia el Helesponto. Antes de alcanzar Abidos, sin embargo, fue descubierto por vigías atenienses y llevado a tierra. Jenofonte informa de que fue atrapado en Rhoeteum, mientras que Diodoro Sículo informa de la localización como Dardano. Donald Kagan sugiere que Dorieo desembarcó en Rhoeteum, se las arregló para avanzar un poco más lejos hacia Abidos antes de ser atrapado una segunda vez en Dardano.

Conociendo la difícil situación de Dorieo, Míndaro se apresuró desde Troya, donde había estado haciendo sacrificios a Atenea, a Abidos, mientras que Farnabazo condujo su ejército para ayudar a Dorieo desde tierra.

LA BATALLA

Míndaro, tras unir sus fuerzas con Dorieo, tuvo 97 barcos bajo su mando;la flota ateniense contaba con 74 barcos. Los espartanos se alinearon para la batalla con la orilla asiática del Helesponto a sus espaldas, con Míndaro mandando el ala derecha y los siracusanos en la izquierda; los atenienses alineados enfrente de ellos, con Trasíbulo mandando el ala derecha y Trasilo la izquierda. La batalla comenzó a una señal de los comandantes, que fue transmitida a la flota por trompeteros. Siguió un combate, con los pilotos intentando chocar con el espolón e incapacitar a las trirremes enemigas, mientras los infantes de marina se oponían a sus numerosos enemigos cada vez que estaban al alcance de un barco enemigo.

Cuando se hizo de día, ningún bando era capaz de ganar una ventaja decisiva hasta que Alcibíades apareció con 18 trirremes de Samos. Inicialmente, ambas flotas pensaron que eran sus refuerzos, pero como Alcibíades izó una bandera roja, señal determinada de antemano que comunicó a los atenienses que los barcos eran de ellos. Dándose cuenta de esto, la flota espartana escapó hacia Abidos, pero sufrió grandes pérdidas a lo largo del camino, cuando los atenienses atacaron los barcos.

CONSECUENCIAS

Tras esta seria derrota, Míndaro y la flota espartana volvieron a Abidos a reparar y reconstruir las naves; Míndaro fue enviado a Esparta a por refuerzos y, con Farnabazo, planeó futuras campañas. Los atenienses, mientras tanto, fueron incapaces de presionar con la ventaja que habían obtenido. Con el tesoro desplomado y la crisis de un revuelta en curso en Eubea, los atenienses fueron incapaces de permanecer en el Helesponto, y en su lugar enviaron 30 barcos bajo Terámenes para atacar a los rebeldes de Eubea. Aunque incapaz de impedir a los rebeldes construir un paso hacia Beocia, tuvo éxito en aumentar una cantidad substancial de dinero saqueando el territorio hostil de Eubea, Beocia, y el Egeo.

Poco después de la batalla, el sátrapa Tisafernes llego de Jonia. Alcibíades, que había servido como ayudante de Tisafernes durante un tiempo, deseaba demostrar que tenía influencia con el sátrapa, navegó para encontrarse con él, llevándole regalos. Resulto, sin embargo, que Alcibíades había juzgado mal la situación. Los espartanos se habían quejado al rey persa del tibio apoyo que habían recibido de Tisafernes, y el sátrapa, necesitando demostrar su entrega a acciones contrarias, arrestó a Alcibíades y le encarceló en Sardes. Alcibíades escapo al cabo de un mes, pero sus pretensiones de influencia con Tisafernes fueron destruidas.

BATALLA DE CÍCICO

Fecha
410 a.C.

Lugar
Cerca de Cícico, Helesponto, en la actual Turquía

Resultado
Victoria ateniense

Beligerantes y comandantes
Atenas (Alcibíades, Trasíbulo, Terámenes, y Quereas)
Esparta y aliados (Míndaro)

Fuerzas de combate
Atenas: 86 trirremes
Esparta: 80 trirremes

Bajas
Atenas: mínimas
Esparta: La flota entera


En la batalla, una flota ateniense comandada por Alcibíades, Trasíbulo, y Terámenes destruyó completamente una flota espartana mandada por Míndaro. La victoria permitió a Atenas recobrar el control sobre un número de ciudades del Helesponto. Tras la derrota, los espartanos hicieron una oferta de paz, que los atenienses rechazaron.

PRELUDIO DE LA BATALLA

Como consecuencia de la victoria ateniense en Abidos en noviembre de 411 a.C., el almirante espartano Míndaro fue enviado a Esparta a por refuerzos y empezó a trabajar con el sátrapa persa Farnabazo para planear una nueva ofensiva. Los atenienses, mientras tanto, eran incapaces de continuar con sus victorias, desde que la reducción del tesoro ateniense impidió ninguna operación importante. Así, antes de la primavera de 410 a.C., Míndaro había construido una flota de ochenta barcos, y con el apoyo de las tropas de Farnabazo, asediaron y tomaron la ciudad de Cícico.

La flota ateniense en el Helesponto se retiró a su base de Sestos a Cardia para evitar la superior fuerza espartana, y Alcibíades, Terámenes, Trasíbulo que habían sido despachados para recaudar dinero con esta fuerza, crearon una flota de 86 barcos. Esta flota, al mismo tiempo que las tropas terrestres bajo Quereas, salió al Helesponto a desafiar a Míndaro.

DESARROLLO DE LA BATALLA

La fuerza ateniense entró en el Helesponto, y, pasando la base de espartana en Abidos antes de la noche para ocultar su número, estableció una base en la isla de Proconeso (actual isla de Mármara), justo al noroeste de Cícico. Al día siguiente, desembarcaron las fuerzas de Quereas cerca de Cícicos. La flota ateniense se dividió, con 20 barcos bajo Alcibíades avanzó hacia Cícico mientras otras dos divisiones bajo Trasíbulo y Terámenes acechaban detrás. Míndaro, viendo una oportunidad de atacar a lo que parecía ser una fuerza infinitamente inferior, partieron hacia ellos con su fuerza entera.

La fuerza de Alcibíades huyó, y los barcos de Míndaro les persiguieron. Cuando ambas fuerzas consiguieron estar fuera del puerto, Alcibíades se volvió frente a Míndaro, y Trasíbulo y Terámenes aparecieron con sus fuerza para aislar su retirada. Míndaro, viendo la trampa, huyó en dirección abierta, hacia una playa al sur de la ciudad, donde Farnabazo estaba situado con sus soldados. La flota espartana sufría pérdidas, y llegó a la orilla con grandes dificultades.

Las tropas de Alcibíades, conduciendo la actividad ateniense, desembarcaron e intentaron empujar a los barcos espartanos mar adentro con ganchos. Las tropas persas bajo Farnabazo, entraron en la lucha y empezaron a desplazar a los atenienses, que fueron superados en número y lucharon contra adversarios sobre tierra más firme, y en el mar. Trasíbulo desembarcó su fuerza y ordenó a Terámenes que combinara sus tropas con las de Quereas y se uniera a la batalla. Durante un tiempo, Trasíbulo y Alcibíades fueron llevados hacia atrás por fuerzas superiores, pero la llegada de Terámenes y de Quereas cambió la situación; los espartanos y los persas eran derrotados, Míndaro fue muerto. Todos los barcos espartanos fueron capturadas salvo los de los aliados siracusanos, que quemaron sus naves cuando se batieron en retirada.

CONSECUENCIAS

Los atenienses tuvieron pleno control de las aguas del Helesponto. Al día siguiente, tomaron Cícico, que se rindió sin luchar. Desmoralizados por la devastación de su flota, los espartanos enviaron una embajada a Atenas tratando de hacer la paz pero los atenienses la rechazaron.

En Atenas, el gobierno oligárquico que había gobernado desde 411 a.C., cedió el paso a una democracia restaurada unos pocos meses después de la batalla. Una fuerza expedicionaria bajo Trasilos estaba preparada para reunirse con las fuerzas del Helesponto. Esta fuerza, sin embargo, no partió hasta un año después de la batalla, y aunque los atenienses recapturaron Bizancio al final y continuaron recaudando el tributo de Calcedón, nunca aprovecharon realmente la ventaja que Cícico les había proporcionado. En gran parte, esto era resultado de la incapacidad financiera, incluso después de la victoria, el tesoro ateniense estaba muy presionado para soportar operaciones ofensivas a gran escala.

Mientras tanto, los espartanos, con la financiación persa, reconstruyeron su flota rápidamente, y pasaron a socavar la ventaja ateniense. Atenas ganaría solamente una batalla naval más en la guerra, en Arginusas, y su derrota en Egospótamos en 405 a.C. que conduciría al fin de la guerra. Cícico, aunque una victoria dramática, fracasó en traer una ventaja duradera al bando ateniense, y sólo sirvió para posponer el resultado final de la guerra.

BATALLA DE NOTIO


Fecha
406 a.C

Lugar
Cerca de Éfeso y Notio

Resultado
Victoria espartana

Beligerantes y comandantes
Atenas (Antíoco)
Esparta y alidos (Lisandro)

Fuerzas de combate
Atenas: 80 barcos
Esparta: 70 barcos

Bajas
Atenas: 22 barcos
Esparta: Ninguna baja


Antes de la batalla, el estratega ateniense Alcibíades, dejó a su timonel, Antíoco, al mando de la flota ateniense, que estaba bloqueando a la flota espartana en Éfeso. En violación de sus órdenes, Antíoco intentaron atraer a los espartanos a la batalla tentándolos con una pequeña fuerza como señuelo. Su estrategia fracasó, y los espartanos bajo el mando de Lisandro, consiguieron una pequeña victoria, pero simbólicamente importante, sobre la flota ateniense. Esta victoria tuvo como consecuencia la caída de Alcibíades, y dejó claro que Lisandro era un comandante que podía derrotar a los atenienses en el mar.

PRELUDIO DE LA BATALLA

En 407 a.C, Lisandro fue nombrado navarca (comandante) de la flota espartana. Reunió una flota y navegó al este a través del Egeo, desde Esparta y finalmente alcanzó Éfeso, donde estableció su base y dispuso de 70 trirremes, incrementadas con 90 más, gracias al esfuerzo naval de Éfeso.En Éfeso, estableció relaciones diplomáticas con Ciro el Joven, un príncipe persa por lo que éste acordó proveer fondos para incrementar la paga de los remeros espartanos a 4 óbolos diarios. Con esto, la flota espartana pudo atraer a experimentados remeros de la flota ateniense.

Alcibíades, necesitaba forzar una batalla con Lisandro, y condujo su flota a Notio, donde vigiló estrechamente a la flota espartana. Falló en su intento de atraer a Lisandro a una batalla. Por consiguiente, Alcibíades navegó al norte con unos pocos barcos para ayudar a Trasíbulo en el asedio de Focea. La mayoría de la flota fue puesta bajo el mando del kybernetes de Alcibíades, o timonel; 80 barcos permanecieron en Notio tras la partida de Alcibíades; Una flota de este tamaño, tradicionalmente, había sido mandada por varios generales, o al menos por un trierarca: La poco convencional decisión de Alcibíades ha sido fuertemente criticada por los autores antiguos y modernos. Alcibíades, le dio una simple orden a Antíoco, que así se llamaba el kybernetes: la de no atacar a los barcos de Lisandro. Por alguna razón, decidió no obedecer esta orden, e intentó llevar a cabo una estratagema que pensó daría la victoria a los atenienses.

LA BATALLA

Buscando atraer a una batalla la los espartanos, Antíoco navegó hacia Éfeso con 10 trirremes. Su plan era conducir a los peloponesios a mar abierto en persecución de una pequeña escuadra, y después con el resto de la fuerza ateniense podrían conseguir una emboscada. Este plan era muy similar al que se produjo en la contundente victoria ateniense en Cícico, pero las condiciones en Notio eran completamente diferentes a las de aquella batalla. El barco de Antíoco fue hundido, y él muerto, debido a un repentino ataque espartano; el resto de los nueves barcos del señuelo fueron cazados precipitadamente de vuelta a Notio, donde la principal fuerza ateniense fue capturada, desprevenida por la repentina llegada de toda la flota espartana. En la subsiguiente batalla, 15 trirremes atenienses fueron capturados y siete más fueron hundidos. Los espartanos navegaron de vuelta a Éfeso, habiendo obtenido una inesperada victoria, mientras que los atenienses volvieron a Notio a reagruparse.

CONSECUENCIAS

Al recibir las noticias de la batalla, Alcibíades levantó el asedio de Focea y regresó al sur para reforzar la flota de Notio; esto restauró la igualdad numérica entra las dos flotas. Más los intentos de atraer a Lisandro a una batalla fueron infructuosos.

La derrota de Notio provocó la caída de Alcibíades de la escena política ateniense. Restaurado tras la victoria de Cícico, fue puesto al mando con grandes expectativas. Antíoco nunca regresó a Atenas, navegó al norte y desembarcó en su posesión del Quersoneso Tracio y excepto por una breve aparición en Egospótamos no participó más en la guerra.

El mando de ambas flotas cambió de manos tras Notio. Debido a la limitación temporal del cargo de navarca, Lisandro fue reemplazado por Calicrátidas.En el lado ateniense, la caída de Alcibíades arrastró a sus amigos Trasíbulo y Terámenes, y el mando fue dado a Conón.

Durante el siguiente año, las flotas chocaron dos veces, primero en una batalla donde, Conón fue derrotado y Calicrátidas atrapó a los atenienses en Mitilene; una flota de socorro ateniense derrotó decisivamente a la espartana y causó la muerte de Calicrátidas en Arginusas.

Estas victorias atenienses resultaron inútiles, ya que en 405 a.c., Lisandro volvió extraoficialmente a detentar el mando y destruyó a la flota ateniense en Egospótamos, terminando así la guerra.

Notio, aunque no muy importante en el número de barcos ganados o perdidos por cada bando, tuvo el importante efecto de relanzar la carrera militar de Lisandro y terminar con la de Alcibíades. Lisandro pudo acabar con el imperio ateniense y competir durante varios años por el gobierno del imperio espartano; Alcibíades, mientras tanto, sería asesinado en 403 a.C., sin haber regresado a su ciudad natal nunca más.

Donald Kagan, ha sugerido que el efecto más importante de la batalla en el bando ateniense fue el retiro del mando de Trasíbulo, el talentoso comandante que había ayudado a planear todas las victorias navales atenienses de 411 y 410 a.C.

Notio, aunque no decisiva en sí misma, tuvo importantes ramificaciones políticas, y tuvo un papel importante en determinar quién dirigiría las fuerzas de Atenas y Esparta en las venideras batallas decisivas de la guerra.

BATALLA DE EGOSPÓTAMOS

Fecha
405 a.C.

Lugar
Desembocadura del río Egospótamos

Resultado
Victoria espartana

Beligerantes y comandantes
Atenas (Conón)
Esparta (Lisandro)

Fuerzas de combate
Atenas: 180 barcos
Esparta: 200 barcos

Bajas
Atenas: 170 barcos
Esparta: Desconocidas


Del griego Αιγοσποταμος, "río de la cabra", pequeño río del Quersoneso tracio, que en otro tiempo tuvo una ciudad del mismo nombre. En la desembocadura de este río libró Atenas su última batalla naval de la Guerra del Peloponeso en 405 a.C. En la batalla, la flota espartana bajo el mando de Lisandro capturó a la armada ateniense, lo que terminó la guerra, ya que Atenas no podía importar cereales o comunicarse con su imperio sin el control del mar.

CONCLUSIÓN

Tras la guerra del Peloponeso, la situación de todas las ciudades griegas se ha transformado y la propia Esparta entra en la dinámica de la lucha por la hegemonía, entendida como aspiración al control de territorios lejanos y de poblaciones susceptibles de ser sometidas a dependencia. De esta forma, Lisandro organiza un imperio controlado por los harmostas y con la colaboración de las oligarquías locales. El rey Agesilao emprende la labor de recuperar para Esparta los territorios de la costa jónica, a través del procedimiento de liberar las ciudades griegas, del dominio ateniense y del peligro de caer bajo el persa.

Pero en la península helénica se organiza una alianza antiespartana, formada por Atenas, Tebas, Argos y Corinto, que obligaron a regresar a Agesilao. Fue la guerra de Corinto en la que la victoria de Coronea no proporcionó a los espartanos ningún beneficio importante. Que Atenas restaurara los muros y que Conón, con la ayuda del oro persa, pudiera reconstruir la flota, llevó a Esparta a iniciar las negociaciones que llevarían a la Paz de Antálcidas. Paralelamente, la revuelta de Cinadón, en 397, que había reunido a todos los sectores de las clases marginales espartanas, había colaborado a minar las estructuras sociales y militares de la ciudad triunfadora. Los impulsos expansivos volvían a chocar con los frenos procedentes de las rígidas estructuras sociales espartanas.